
Si hay algo que represente claramente lo que el desorden puede llegar a afectarnos, es abrir el armario y que esté desordenado. Este gesto diario nos recuerda, ya de buena mañana, que hay algo en nuestra vida que no funciona, y lo que es peor, que no tenemos tiempo de ocuparnos de ello, si no que no nos queda más remedio que asumir que el desorden forma parte de nuestro armario, y también de nuestra vida. Sin embargo esto puede cambiar…quieres saber cómo? Suscríbete a la news!